Las vacaciones de vera son para descansar, también para los
runners que se supone que han terminado
la temporada. El mes de agosto tendría que estar prohibido correr salvo algún encierro o por una
apuesta..
Esto sin estar escrito es lo que suele cumplirse. Quedan las
carreras de las fiestas de los pueblos donde se desfogan los paisanos y los veraneantes. Pero hay uno en
Avila, Sotillo de la Adrada que marca la excepción. Por sus calles se corren
los 10 km con mas caché del verano. Con un aforo de 300 corredores, de los
cuales 100 se apuntaron en un calentón y al final no asisten. Con un circuito
de tres vueltas con continuos sube y bajas. Nadie se puede esperar que mas de
35 corredores terminen la prueba por debajo de 37 minutos, casi una cuarta
parte. Yo la llamo la “Diamond League de las Carreras de Pueblo”.
Pues allí que nos fuimos tres Running Rivas, Estrella Pepa y
yo, otro año mas para machacarnos en sus cuestas. Estrella salió conservadora
la primera vuelta incrementando el ritmo
en la segunda y rematando la última, llevó un par de compañeros de viaje que le
hicieron mas llevadera la carrera. Carrera bonita de menos a más donde bajo 3
minutos su marca del año anterior.
Pepa y yo salimos rápidos y nos costó encontrar el ritmo
adecuado, la gente te llevaba. El primer paso por meta nos dimos cuenta que
pagaríamos por el esfuerzo extra de la primera vuelta. Pepa competía por el pódium de veteranas B, iba la primera. En
el kilómetro 5 nos dio caza una competidora directa, estuvimos unos 600 metros
en tiras y aflojas, rompiendo los ritmos continuamente. Al final comprendimos
que era mejor que se marchara, ya que quedaba
toda una vuelta.
En la última vuelta estábamos muy cansados pagando el sobreesfuerzo. Marcamos un ritmo rápido pero no excesivo que
nos permitiera recuperarnos en las cuestas abajo. Pepa puro coraje aguantaba,
la meta se aproximaba. Última cuesta de casi un kilómetro para meta. Un primer
arco nos despista y sprintamos. Vemos que la meta queda 150 metros mas
adelante, Pepa casi se para. A lo lejos vemos el reloj, .- Pepa entramos por
debajo de 50´. Entonces alarga la
zancada y empieza gritar de rabia, yo me quedé atrás mirando como pasaba por
debajo del arco de meta en 49:34, su mejor marca personal y segunda de su
categoría.
Pepa nos ofreció una lección de competitividad. Nunca había
visto tanta furia y genio juntos.
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