Amsterdam es una ciudad cautivadora que te atrapa entre su telaraña de canales. Donde el aire empapa la luz y todo lo que miras parece pintado a acuarela.
Amsterdam se expresa en libertad con un lenguaje multirracial con muchas pinceladas de hindi. Todo sucede al ritmo del pedaleo de una bicicleta con prisa, invasora; donde el peatón ha cedido su protagonismo y ha quedado como espectador en el gallinero.
Hace mas de dos años adquirimos unos dorsales para ir al Medio Maratón de Amsterdam como una escusa, para juntarnos los compañeros, los amigos e irnos de viaje. La pandemia nos dejó en tierra, sin carrera, sin risas, sin abrazos, hasta este fin de semana donde hemos podido cerrar el círculo.
Todos habíamos hecho los deberes, entrenamientos, tiradas largas, carga de hidratos etc…todos teníamos un plan para la carrera. Pero una vez que aterrizas la carrera va perdiendo protagonismo y las visitas al casco antiguo, los free tours, los museos, las cenas, las ocurrencias y las anécdotas se instalan en tu agenda y no quieres dejar de disfrutar.
Pero el domingo amanece y hay que preparar las cosas del correr. El dorsal que no queda cuadrado, las sales que se te olvidaron, dudas en que calcetín ponerte, el baño... y los tiempos se van acortando inexplicablemente, por mucho que hayas madrugado.
La adrenalina va desplazando a la pereza según se acerca el momento y al final te encuentras en un cajón de salida, junto a tus compañeros y un montón de desconocidos con las mismas dudas, los mismos nervios, la misma ilusión.
Podría hablar de la carrera, de la mía, o de alguna de las de mis 26 compañeros, que nos compartieron, porque de eso se trata este deporte, de compartir. Pero dejo este ejercicio a los verdaderos protagonistas, en concreto a Carmen, Ana, Mayte y Felix que se estrenaron en la distancia del Medio Maratón. Estas son sus experiencias.
Como cada estreno en distancias con "nombre propio" toca intentar
transmitir una pequeña parte de todo lo que ha supuesto para mí llegar hasta
aquí.
Quién no ha corrido nunca una media maratón, piensa que son 21,097kms y hasta
hace un año y medio yo tb lo creía.
Pero en realidad es cambiar el confort de tu cama un domingo por el frío de la
calle a las 8 de la mañana, es cambiar las cervezas por el agua, es dejar los
planes de fin de semana porque tienes un compromiso mayor. Es correr y correr y
correr, cuando te sientes bien y cuando te sientes mal, porque nunca se sabe si
cuando llegue la carrera estarás bien o con un resfriado!
Quién no ha corrido nunca, piensa que se corre sólo, pero se corre con toda la
gente que te quiere, que te apoya en cada uno de los 20530 pasos hasta cruzar
la meta.
Correr es encontrarte con esa persona en la que siempre te quisiste convertir,
en tí misma, pero más fuerte!
No hay mejor manera de explicar cómo me he sentido en mi primera media que
pensar en cuándo sería la siguiente mientras cruzaba la meta.
No podría terminar sin acordarme de todos a los que he conocido recorriendo
este camino, todos los compañeros y amigos del club que han vivido mis primeros
pasos.
Muy especialmente Cris y Carlos que me han acompañado en los primeros 5k, en
los primeros 10k y aunque no físicamente, han estado también durante estos
21kms (y pico).
Gracias también a todos los que habéis hecho de esta experiencia, pura magia!
Al presi y Ana I por mantenernos unidos a todos y sacarse un as de la manga con
una mesa sorpresa para 12!, a mis chicas (Rosa, Teresa y Carmen) que no nos han
dejado casi ni respirar desde que pisamos suelo Holandés hasta que nos
despedimos en Madrid. Gracias por la comprensión mostrada a todos los que
sabíais que nos estrenábamos en esta categoría, "los Checa", Mohe,
Lorea, Eva, mi rubia y Alberto que me acompañó con Javi más de la mitad de la
carrera! A Nati y Salva que han estado más pendiente de mí que incluso yo
misma. No habría sido lo mismo sin todos vosotros, sin este club!!
Gracias por tantas risas y tantos clinex! que no todo ha sido correr :)
Gracias también a Jaime, por tener tanta paciencia y ser un gran profesional.
Un auténtico placer haberme estrenado en esta pequeña gran categoría que es la
media Maratón con Carmen, Maite y Félix!
Dejo lo más importante para el final: GRACIAS, con mayúsculas, a Santi.
Por motivarme, ilusionarme y acompañarme en este camino que me ha traído hasta
aquí. Sin tí no estaría hoy escribiendo estas líneas ni con estas
agujetas...gracias también por ellas!
Recuerdo cuando me dijiste que te ibas a apuntar al club y que empezabas a
correr, mi primer pensamiento fue: "ya tienes ganas" y es que ahora,
no imagino vivir sin esas "ganas".
Mientras la recompensa sea mayor que el
esfuerzo, ¡habrá merecido la pena!
MI PRIMERA MEDIA A MEDIAS, PERO DÁNDOLO TODO
Cuantas cosas han pasado desde que nos embarcamos en esta aventura allá por 2019.
Shweta fue la culpable de que nos apuntáramos unas cuantas (Carmen, Teresa, Rosa…) Nos volvimos locas con la idea de nuestra primera Media en Amsterdam y empezamos a apuntarnos a toda la carrera de 10 kilómetros que salía.
Luego vinieron la pandemia, los problemas con la agencia de viajes y la vuelta a los entrenos en Septiembre de 2021. Qué ilusión volver a ver a las y los compañeros en el parking del polideportivo. Y, después, mi estrepitosa caída el 31 de diciembre, corriendo por la Laguna del Campillo, que me provocó una doble fractura de hombro, como ya sabéis.
Cuando volví a entrenar el pasado Agosto (de momento por mi cuenta), tenía bastante claro que no tenía tiempo de preparar la media de Amsterdam pero no estaba dispuesta a renunciar a este proyecto en el que tanta ilusión había puesto. Quería vivir esta experiencia, con vosotros, aunque fuese desde el banquillo como fotógrafa del grupo.
En internet encontré el método de entrenamiento de Jeff Galloway que alterna caminar y correr y gracias a él he podido, en mis circunstancias, terminar la media sin que me echara el coche escoba, que era lo que más temía.
Qué emocionante el camino desde el hotel con todos vosotros. Las despedidas cuando cada uno se iba a su cajón. Nervios, risas, mucha complicidad. La gente animándonos desde las ventanas mientras esperábamos la salida . Y los ánimos de la gente durante todo el recorrido. En los tramos que anduve, varias personas se pararon para ver si me pasaba algo, fue muy emotivo.
Cuando sólo quedaban 5 kilómetros no me lo podía creer y me dije: solo te quedan cinco vueltas al Bellavista. ¡ A por ello ¡
Lo que más fuerza me dio fueron vuestros ánimos durante los días anteriores y justo antes de la carrera. Pensaba en el respeto con el que habíais tratado mi situación y eso me ayudó a superar cada kilómetro. Ese respeto y compañerismo demuestra lo grande que es este club.
Muchas gracias a todos en general por vuestro cariño y en especial a Felix, mi compañero de vida, que es mi apoyo incondicional y me ha ayudado a superar el miedo a volver a correr después de la caída; a Eva, Silvia y Carmen con las que debuté en la carrera de la mujer en 2017 y que siempre están ahí; a Shweta que también me ha apoyado en la distancia; a Nati, Rosa, Teresa y Carmen, por salir a mi encuentro cuando llegué a meta. Y a todos los demás que me esperasteis durante tanto tiempo , algunos muertos de frío, hasta que por fin llegué.
Y gracias por esos momentos divertidos, en el barco, el tranvía y por esas risas por las calles de Amsterdam. No voy a olvidar los momentos “foto”, “ubicación en tiempo real” y el buen rollo que se ha respirado todo el fin de semana. Me vengo con la única pena de no haber compartido las carcajadas de las madalenas de la risa.
Espero poder correr la siguiente media del tirón y acompañada por vosotros. Una vez más GRACIAS A TODOS
LA MEDIA DEL SIGLO
El domingo 16 de octubre me enfrenté a mi primera media maratón. Ni más ni menos que a Ámsterdam me fui (probablemente para que no me reconocieran).
Técnicamente tengo que decir que no era mi primera media: con 14 años terminé (tampoco podría, siendo fiel a la verdad, decir que corrí) la Media de Moratalaz. Estamos hablando del pasado siglo, así que, hasta el momento, salgo a Media por siglo.
Y en aquel entonces la de Moratalaz era de 19 km (no sé la razón; los de Moratalaz siempre hemos sido un poco, digamos, “singulares”).
Pues bien, el domingo, después de un desayuno nada frugal, nos dirigimos a la carrera. La organización, como ya ha comentado Javi, fue un poco caótica. Aunque después de como habíamos gestionado nosotros nuestra visita a Ámsterdam del día anterior, se me hace un poco cuesta arriba sacar faltas (jejejeje…).
Fue una sensación especial caminar rodeado de las compañeras y compañeros que nos habíamos desplazado a Ámsterdam. Caminando en grupo hacia el metro, hacia los cajones de inicio de la carrera… me recordaba a imágenes cinematográficas de Reservoir Dogs o de Grupo Salvaje. Parecíamos caminar a cámara lenta; eso sí, con muchísimas más risas.
Pero a la vez me sentía protegido, amparado, animado y apoyado. Todo el mundo estaba pendiente de los demás. Las despedidas antes de la carrera, con un abrazo, con dos besos y con palabras de ánimo y buenos deseos, le daba su justa medida a la sensación que de forma individual y colectiva albergábamos: nos enfrentábamos ilusionadas y nerviosos a un reto; el primero para algunas/os y otro más para otras/os.
La carrera, en mi caso, no fue demasiado satisfactoria. Poco tiempo después de empezar comenzaron problemas que me obligaron a caminar en alguno de los tramos. También es cierto que mi preparación no había sido, ni de lejos, la necesaria y la óptima. Pero por fin, después de 2 años, teníamos la opción de correrla y había que intentarlo.
Pero esa fue sólo la sensación física. El ambiente me llevó y me ayudó a seguir (bueno, y que no llevaba encima el abono de transporte y si me salía, no me fiaba de que me esperaran mis compañeros en la ubicación que me mandaban…). La verdad es que me impresionó ver durante todo el recorrido gente parada en los márgenes de la carrera (según la organización, en la media fuimos 20000 participantes); aplaudiendo, animando, poniendo música, gritando en ocasiones mi nombre (pobres neerlandeses, tener que decir, Félix) para animarme a continuar. Fue energizante y emotivo. Estoy seguro de que me ayudó a llegar hasta el final.
Y el broche de encontrar en el último tramo el apoyo (estas si sabían decir mi nombre…) de Lala, Nati, Lorea… fue el chute final de energía para alcanzar la meta.
Así que sí, la terminé. Aunque no pueda decir con tranquilidad que la corrí. Para eso tendrá que llegar otra ocasión… y espero no dejarla para el próximo siglo.
Mención aparte merece el fin de semana. La carrera es una magnífica excusa para vivir una sensación de pertenencia, de solidaridad, de cariño y, sobre todo, de alegría, de buen humor, de risas y de complicidad.
Llegarán nuevos retos, nuevas intentonas, y volveré a aprovecharme de vuestro apoyo y de vuestra cercanía.
Y, por supuesto y de forma imprescindible, con el apoyo, el sustento y el cariño de Mayte. Ella fue la que me acercó a este grupo de piradas y pirados de la pista y la que me embarca en estas aventuras que tan difíciles son de explicar a alguien que sea ajeno a lo que se vive cuando te calzas unas zapatillas y empiezas a juntar zancadas.
Gracias a toda la familia Running Rivas.
