lunes, 24 de agosto de 2015

Sotillo de la Adrada. La Carrera atemporal


Las vacaciones de vera son para descansar, también para los runners que se supone que  han terminado la temporada. El mes de agosto tendría que estar prohibido  correr salvo algún encierro o por una apuesta..
Esto sin estar escrito es lo que suele cumplirse. Quedan las carreras de las fiestas de los pueblos donde se desfogan los  paisanos y los veraneantes. Pero hay uno en Avila, Sotillo de la Adrada que marca la excepción. Por sus calles se corren los 10 km con mas caché del verano. Con un aforo de 300 corredores, de los cuales 100 se apuntaron en un calentón y al final no asisten. Con un circuito de tres vueltas con continuos sube y bajas. Nadie se puede esperar que mas de 35 corredores terminen la prueba por debajo de 37 minutos, casi una cuarta parte. Yo la llamo la “Diamond League de las Carreras de Pueblo”.
Pues allí que nos fuimos tres Running Rivas, Estrella Pepa y yo, otro año mas para machacarnos en sus cuestas. Estrella salió conservadora la primera vuelta  incrementando el ritmo en la segunda y rematando la última, llevó un par de compañeros de viaje que le hicieron mas llevadera la carrera. Carrera bonita de menos a más donde bajo 3 minutos su marca del año anterior.

Pepa y yo salimos rápidos y nos costó encontrar el ritmo adecuado, la gente te llevaba. El primer paso por meta nos dimos cuenta que pagaríamos por el esfuerzo extra de la primera vuelta. Pepa competía por  el pódium de veteranas B, iba la primera. En el kilómetro 5 nos dio caza una competidora directa, estuvimos unos 600 metros en tiras y aflojas, rompiendo los ritmos continuamente. Al final comprendimos que era mejor que se marchara, ya que quedaba  toda una vuelta.

En la última vuelta estábamos  muy cansados pagando el sobreesfuerzo.  Marcamos un ritmo rápido pero no excesivo que nos permitiera recuperarnos en las cuestas abajo. Pepa puro coraje aguantaba, la meta se aproximaba. Última cuesta de casi un kilómetro para meta. Un primer arco nos despista y sprintamos. Vemos que la meta queda 150 metros mas adelante, Pepa casi se para. A lo lejos vemos el reloj, .- Pepa entramos por debajo de 50´.  Entonces alarga la zancada y empieza gritar de rabia, yo me quedé atrás mirando como pasaba por debajo del arco de meta en 49:34, su mejor marca personal y segunda de su categoría.

Pepa nos ofreció una lección de competitividad. Nunca había visto tanta furia y genio juntos.