EL
DÍA MAS LARGO
Son las cinco de las mañana, suena el despertador… ¡Arriba!,
tenemos que coger el, avión que nos llevará a Lisboa. Mañana nos espera un medio maratón. Hoy lo vamos a dedicar a hacer un poco de
turismo, tranquilos, con la
mente puesta en la carrera. Pero una cosa es lo que esperamos y otra la
cruda realidad.
Las cremas de Pepa
Sobre las 7:30 de la mañana estábamos pasando la seguridad
del aeropuerto, cuando un guarda detectó
que Pepa llevaba unos botes de crema en los embases incorrectos. Para que
queremos mas, primero llegó uno, luego una y otro. Las cremas fueron pasando
desde la categoría supermercado hasta la categoría “ me las ha recetado un
médico”, por toda la gama posible de posibilidades; y la aplicación de las misma desde una buena
hidratación, hasta un tratamiento para la urticaria. Mientras tanto Jose pasaba
el control antidroga en el mostrador del al lado. Después de un tuyo/mío y un
coge/deja, las cremas fueron a la basura y Jose
dio negativo.
El Brexist
Bajamos del avión y
lo primero que nos encontramos es con una fila, como tenía buena pinta, allí
que nos pusimos. Control de Pasaportes. Que raro comentamos si somos
comunitarios y estamos dentro del espacio schengen que pintaba aquello. Será a
lo mejor porque Portugal ha decidido un brexist
parcial. Pues nada a pasar la aduana. Después de 20 minutos esperando
estoicamente y despotricando con los que se colaban por la izquierda porque eran “preferentes” me
explico.. 1 niño y diez acompañantes, para mí que los niños los
alquilaban en la sala de al lado para saltarse la cola. El caso que por fin
llegamos a la ventanilla. Lo primero que nos dijeron que ellos pertenecían a
Europa, que ese paso era para los que realizaban transferencias con vuelos
trasatlánticos y que nos fueramos de
allí a buscar la salida por otro sitio; todo esto en un perfecto portugués.
Dónde están los dorsales?
No pasa nada, todavía es muy temprano, son la 9h, vamos con
tiempo y nos dirigimos en metro al hotel.
Vemos otra cola y allí nos ponemos , había que sacar los tickes para el
metro. Otros 25 minutos entre esperar el turno y pelearnos con con unas maquinitas cuyo requisito para su
utilización era un master en Entornos
Complejos e Inteligencia Artificial. Ya
dentro del vagón conservamos la moral
intacta y cantamos el Cumpleaños Feliz a
Virginia . Les tuvo que gustar la
canción, por que se unieron al coro varias portuguesas que viajaban con
nosotros, luego unos ingleses nos
pidieron unos bises y repetimos mientras nos grababan con un móvil. “ el
vídeo está en You Tube”.
En el hotel nos indican que para ir a la zona de Belén , a
la feria del corredor, tenemos que andar
para coger el autobús 727. Así de fácil…
25 minutos andando y media hora esperando
en la parada a que llegara el bus, en su correspondiente fila. Yo
empezaba a sospechar que aparte del
cambio de horario “una hora menos en Portugal”
había que añadir…. “mas dos horas de cola”. Seguimos con la moral por las nubes, nos
venimos arriba y cantamos el segundo Cumpleaños Feliz en el autobús.
Una hora mas tarde, después de 25 paradas y 15 semáforos en
rojo llegamos a Belén. Son las 12:30 en un par de horas tenemos una reserva en
un restaurante de Sintra, en tren se tarda una hora en llegar a esta población,
tiempo de sobra. Tiempo de sobra si la feria hubiera estado en Belén, porque
por allí no se veía nada. Nos enteramos que este año la feria se la han llevado
a la otra punta de la ciudad. Qué hacemos?, dos taxis y volando a la feria del
corredor. Lo de volando es literal… yo no sé que problema tenía el taxista que
no respetaba ni una sola señal de límite
de velocidad, debe de ser que los tienen
dicho que tienen que recuperar los tiempos que se pierden los turistas en las
colas. Una caravana de dos coches .- “Un atasco”, decía .. ( de dos coches)
volantazo a la derecha para la vía de servicio.. y todo esto sin cinturón de
seguridad. Acabamos besando el suelo
cuando nos bajamos del taxi.
Feria del corredor a cámara rápida, camisetas, dorsales, ya
estamos saliendo -Ah¡¡¡ nos falta la fotito de grupo en el fhotocall de la
feria. No hay tiempo de dar la vuelta y volver a entrar, nos saltamos unas vallas y
nos colamos por unos agujeros del vallado. Pero allí tranquilamente unas portuguesas
se recrean posando delante del cartel.
Yo no sé si era una foto, si se hacían video o un dibujo a carboncillo, el caso
que no se iban. Entramos por el lado derecho y empezamos a desplazarnos al centro, seguimos empujando y
nos hacemos con el centro de la imagen.
Creo que las portuguesas salen en todas nuestras
foto, pero no nos importa.
Coge otros dos taxis, después de saltarnos los turnos de
espera en la parada de taxis y vete para
Sintra, no hay tiempo para trenes.
Lorea y su familia que han ido en coche
se acaban de sumar al grupo.
El restaurante crudívoro
Llegamos con la campana,
tenemos una reserva para trece personas
y abrimos la puerta del restaurante. Algo no está bien ,está vacío y los
de las dos mesas ocupadas tienen cara de agrios. –No tenemos gas, nos dice
metre.- Como que no tienen gas?- Pues que se ha acabado, pero si quieren les
podemos servir una ensalada. No nos lo
podíamos creer… Vete a buscar en Sintra
un sábado abarrotado de turistas a las tres de la tarde un restaurante para 13
personas. Pues los milagros existen y encontramos uno. Para celebrarlo volvimos
a cantar el cumpleaños feliz a Virginia.
Vamos, vamos que no llegamos
Recién comidos nos encaminamos a visitar la Quinta del
Regaleiro. Cinco minutos montaña arriba
nos dice uno que manejaba un Tuc,Tuc. Son las 16:35h y cierran a las 17h,
tiempo de sobra. Llevamos mas de un kilómetro de cuesta y nos encontramos un
cartel indicador “15 minutos a la entrada” el paseo de sobremesa se empieza a
convertir en marcha rápida en una cuesta arriba interminable para acabar
corriendo en una pendiente de un 18% cuando faltaban 3 minutos para cerrar. Los
primeros logran llegar a la puerta que estaba cerrando el guarda, su misión
convencerle de que no la cerrara hasta que no llegara el último del grupo. Al final lo conseguimos.
Otra vez salvados por la campana. El sitio por cierto precioso.
Intentando volver a Lisboa
Bueno la jornada ya está concluida. Nos disponemos a
regresar a Lisboa en tren. Pero antes
Victor y Lorea que habían ido en su coche,
siguiendo indicaciones de un morenete, para sacar el coche del parking,
Dale, Dale, Dale … y le dio, rasponazo en la columna del parking. Creo que el
de las indicaciones tiene un taller de chapa y pintura en Sintra.
Los demás llegamos a
la estación a la que se accede por unos
tornos con dos cristales de 1,80cm de alto, que se juntan al centro, haciendo
como un pequeño movimiento de caída que le imprime velocidad al cerrar y que tan
solo se abre con la tarjeta de transportes correspondeinte. Sí, si, la que se
obtiene en la máquina maldita.
Quedan 20 minutos para que salga el tren que se encuentra
estacionado al otro lado del torno. Otra vez a intentar descifrar el
funcionamiento de la complicada máquina de los tickes. Después de 18 minutos solo hemos conseguido
dos tarjetas de 1 viaje y una tarjeta
con 6 viajes para una sola persona, que solo se puede activar pasado
un minuto desde la última utilización,
se supone que son para varios días, para la misma persona. ( pero eso nosotros,
no lo sabíamos).
Primer intento de
salto al torno, en un primer momento no funciona ninguna, Jose logra abrir una puerta y Pepa salta como un resorte y logra pasar in extremis, antes de que se
cerrara. Paquí logra abrir otro torno y
se escuchan gritos de –Pasa! Rápido!.
María intenta alcanzar a Paqui y en ese momento se cierran las hojas de
cristal aplastando la cabeza de María, hace como una especie de doble cierre y
antes de que hubiera un tercero logramos
recuperar su cabeza. Momentos de tensión María está un poco aturdida pero se encentra bien.
Un minuto para que
salga el tren; tres dentro, cinco fuera,
el interfono no funciona. Pasan las
tarjetas por encima y se abre otra vez las certeras cuchillas, tercer
intento de salto al torno , agarramos las hojas y logramos pasar .
Corriendo al tren que nada mas subir cierra las puertas, tras de nosotros.
Sentados en el vagón, hacemos evaluación de los daños..,
María sigue un poco aturdida. Ya en frio empezamos a reírnos y no paramos hasta llegar a Lisboa. Creo que
aquí también cantamos el cumpleaños feliz.
Lo difícil lo habíamos pasado, pero
todavía nos quedaba usar los
tornos de la salida, pasa tú, paso yo, que si por arriba que si por debajo. Al
final un paisano nos vio tan apurados que decidió echarnos una mano. Los que
quedábamos en la zona peligrosa nos
pusimos detrás de él muy pegados
haciendo la conga, según su indicaciones.
Eso sí, él se lo tomó con una
tranquilidad pasmosa sacando pecho con
chulería y haciendo el paseíllo, y nosotros pegados a su culo como lapas.
El ruido de la habitación
Por fin hemos llegado al hotel, vaya día que llevamos. Recogemos
las maletas de la consigna, cenamos y nos vamos a dormir, bueno algunos…. son las 23:30 h. Pepa y
Ana Isabel escuchan, un zumbido en la
habitación que no son capaces de identificar y según va llegando la quietud de
la noche, el ruido empieza a ser mas molesto. .- Buenas noches recepción?? Que
suba alguien para que quiten este ruido, que no podemos dormir. Suben un par de empleados para solucionarlo, pero
no hay manera, después de revisar todas
las posibles soluciones Pepa empieza a estar muy cabreada. Cambiar de
habitación imposible, el hotel está al completo. – Bueno pues ustedes me dan una solución, dice Pepa en un tono
firme y “sin levantar la voz” –Lo sentimos mucho pero no tememos la solución,
mañana a primera hora le cambiamos la
habitación. – Llevo despierta desde las 5h he tenido un día de locura y no me
espero hasta mañana, dice Pepa en un
tono firme y “sin levantar la voz”.
Demen una solución o por lo memos unos tapones para mitigar el ruido.
Y a les ves al recepcionista y al botones, a la 1.30 de
mañana buscando una farmacia de guardia por todo Lisboa para comprar unos
tapones.
Por fín era otro día
Ahora sí ya se termina la odisea del sábado, al día
siguiente levántate a las 7 de la mañana para ir a correr. El mal fario parecía
que había pasado pero todavía quedaban ramalazos, como cuando en plena carrera Victor pisó un alcantarilla y
se coló dentro hasta la rodilla. O cuando fuimos a las temibles máquinas
expendedoras de tickes a recargar las tarjetas para el lunes y a Pepa se le
quedaron 20 euros atascados. Esta vez si vino un operario a solucionar el problema. Yo creo que los del
metro ya nos conocían y los que miraban las cámaras de seguridad, se lo
pasaban en grande con nosotros.
Sobre la Carrera, pues que estuvo fenomenal, bastante calor
para las fechas que estamos pero la organización provisionó con holgura los
avituallamientos. Todos llegamos a meta y recibimos nuestra medalla y el polo
de chocolate tan esperado. Ese día no tuvimos problemas con los tornos del
transporte público, con el dorsal tenías acceso a todos los transportes de la
ciudad. Y ahora a preparar la siguiente,
Cordoba, Sevilla, Behobia, Berlín….
Estrella
|
2:13:14
|
Oscar
|
1:48:39
|
Paqui
|
2:04:47
|
Jose
|
2:28:59
|
María
|
2:13:14
|
Lorea
|
2:08:28
|
Victor
|
2:02:02
|
Javi
|
1:52:23
|
Ana I
|
1:51:52
|
Pepa
|
1:56:40
|
Virginia
|
1:58:17
|
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