jueves, 12 de mayo de 2016

CARRERA DE LA MUJER DE MADRID PASADA POR AGUA

Este año la carrera de la mujer concentro a 32.000  mujeres y RUNNING RIVAS, como no podía ser de otra manera, se implico como mejor sabe, corriendo con las mujeres que forman parte del club, y con un grupo  de mujeres  que se unieron a nosotros para preparar esta gran carrera que finalizaron con éxito después de duros meses de entrenamiento. Las que no pudieron correrla sabemos que estuvieron presentes, apoyándonos y enviando mensajes, y los chicos del club también nos mandaron mensajes de ánimo ya que ellos, por razones obvias, no la corrieron, pese a que algunas de nosotras ofrecimos pelucas para tunearles un poco, pero eso da para otra crónica.
La carrera fue el domingo 8 de mayo, pero empezamos a  calentar motores el viernes día 6,  cuando en el polideportivo nos entregaron las bolsas con los dorsales, formándose revuelo de los grupos, ¿con quien te han puesto?, ¿Dónde voy yo? tu vas con mi grupo, ¿Qué número tienes? ¿Dónde están los números?.... me di cuenta que los nervios por la carrera empezaban justo en ese preciso instante, pese a todo, no faltaron bromas en la entrega de dorsales y risas nerviosas, empezaba la cuenta atrás y saltamos a la pista para hacernos la foto de rigor.
Al día siguiente el wasap de grupo de las chicas quemaba con mensajes, la previsión del tiempo  con lluvia nos puso en alerta amarilla y fue pasando a roja, pero en ningún momento hubo pensamiento de abandonar, al revés, se buscaron soluciones porque esto es RUNNING RIVAS y aquí el “no” esta a kilómetros de distancia. María organizo chubasqueros y se preocupo de preguntar quién quería y quien no,  y hasta hubo chubasqueros tuneados que ni mandándolo encargar hubiera quedado tan bien, Estrella lo tuneo y le quedo de lujo. La emoción por la carrera se sentía solo con lo que se iba escribiendo por wasap, ya teníamos ganas de hacerla, ganas de compartir, de reír, de disfrutar y ahí está la clave: la alegría, las ganas y el entusiasmo son un entrenamiento mental tan intenso como un farleck 4´-3´-2´-1´.

Algunas pasaron la noche nerviosas, se despertaron antes de la hora por si no llegaban a tiempo o no les sonaba el despertador, miraban los móviles y veían que marcaban las 3 de la mañana, las 5 y cuarto, comprobaban de nuevo el despertador como si alguien durante la noche se lo hubiese apagado, siempre está el por si acaso… ,  otras prefirieron pasar una parte de la noche en Parla cenando una macro hamburguesa para ocho personas y sentir el mismo nervio pero compartido con amigos, otras hicieron una cenita tranquila en pareja, pero todas tenían en común que al día siguiente tocaba quemar calorías de nervios y alimentarnos de entusiasmo y alegría. Algunas dejaron todo preparado por la noche, que no fue mi caso, y otras según se levantaban y se estiraban bostezando empezaban a pensar si las mallas que se iban a poner estaban tendidas, en el cajón o dando una vuelta por casa calentado por su cuenta antes de ser embutidas en las piernas. También las hay que no se conformaron con preparar una mochila para la carrera, sino que se prepararon otra gran mochila para que una vez acabada la carrera,  salir zumbando para hacer el camino de Santiago, ante esto solo puede decir que es admirable la fortaleza y la fuerza de voluntad de las chicas de este club, tenemos lo mejorcito de Rivas.
Ya es día 8, llego el día, son las 7 de la mañana, eso solo puede significar una cosa, estamos a dos horas del comienzo de la carrera. Suenan los móviles, despertadores reprogramados a las 3 de la mañana, o simplemente nuestro despertador natural, nuestra cabeza que nos hace despertarnos antes de que suene la tecnología  “levanta que es la hora, vamosss,  a correr”.
Todas teníamos que estar a las 7.45 en el parking de la piscina  para ir tomando contacto con el agua, la lluvia no dio tregua, nos quería acompañar que para eso era chica también, no se lo quería perder y empezó a llover bien entrada la noche, era el calentamiento previo de ella. Fuimos llegando y aparcando y ya se notaba el ambiente, caras de sueño, de alegría,  de nervios, un cocktail aún temprano para agitar. Nos pusimos a comparar lo que unas y otras llevaban en sus mochilas para cerciorarse que todas llevábamos lo  necesario.

Refugiadas en los soportales de la piscina, empezaron a llegar el resto de corredoras. A lo lejos vimos llegar caminando a Javier y Estrella con bolsones de algunas que no pudieron recoger el viernes su dorsal, en mi cabeza sonaba la música de rocky, me detuve a mirarles y ralentice la imagen y  en escena solo les veía a ellos, estaban en el campo de visión de mi cámara y pensé: ¿se darán cuente de lo que hacen por nosotras y por el club? y entonces sonreí satisfecha y agradecida de que hubiera gente como ellos por este planeta tan peculiar. Volvió todo a su ritmo y entregaron todas las bolsas. De lejos llego la gacela Ana, que se paró a medio camino y grito: ¡¡¡me he dejado el dorsal en casa!!!! Y salió como un correcaminos a por él, mic, mic…estaba claro que llegaría a por el dorsal y le sobraría tiempo para calentar antes de subir al autobús que nos estaba esperando para llevarnos a la salida de la carrera.
Ya subidas en el autobús Javier pasó lista y en bajito decía mirando su hoja: a ti te he visto, a ti también…y a la que no había visto comprobaba que estuviese para no dejarse ninguna en tierra. Llego Jaime, nuestro entrenador,  su primer pensamiento pudo haber sido: – ¡Ay madre, donde me he metido! pero estaba orgulloso de vernos a todas tan alegres y con ganas de correr y mucha culpa la tiene él y lo sabe.  De camino nos empezamos a poner los dorsales, algunas con los superbotones y  otras a la antigua usanza, con imperdibles, nos cambiamos camisetas, repartieron chubasqueros, estamos inquietas como si nos corrieran hormigas por el cuerpo.
Por fin llegamos, todas abajo, colocándonos las gorras, revisando que llevamos todo lo necesario para la carrera y al bajar del autobús nos subimos en las escaleras de entrada de un hotel y allí que nos plantamos la primera foto, la lluvia nos sigue, ella quiere correr y  participar, la aceptamos como parte del equipo, no nos quedaba más remedio.
Nos dirigimos a la salida que estaba a la vuelta de la esquina y al girar, las pupilas se nos dilataron, nos miramos unas a otras, seguimos a Javier como si llevara un paraguas cerrado de guía de museo y vemos un montón de mujeres preparadas para salir corriendo.
Quedan 15 minutos, nos colamos por un hueco como culebrillas, Javier pendiente de nosotras todo el tiempo, nos pusimos a calentar bailando, que mejor forma, la música a todo volumen te llevaba a moverte, eso y el fresquito que no entraba mientras nos mojamos allí paradas. 
Quedan 5 minutos para salir, cosquilleo en el estómago, preparando relojes, revisando que tu equipo este contigo para correr juntas, -no me coge el reloj- dice Inés-, los nervios se transforman en ganas de salir ya, no podemos esperar ni un minuto, queríamos correr ya.
3 minutos, 2….1….y…..a correr, salimos despacio, la marea rosa impedía avanzar, los grupos de tres se van haciendo paso entre las que andan o se van quedando atrás. Y comenzamos a correr, con sonrisa, con lluvia, mirando el reloj, mirando el entorno, ya estamos ahí. Balcones con gente mirando, personas en las aceras con sus paraguas, unos viéndonos correr y otros esperando a que pasemos para cruzar la calle, pero siempre hay gente animando, niños aplaudiendo y esa es otra energía que no debe faltar nunca en una carrera.
El recorrido estuvo muy bien, gracias a Jaime las cuestas se nos hacían menos cuestas, ese entrenamiento en pista se notaba o al menos yo lo note.  Él se coloco estratégicamente en varios puntos y algunas conseguimos verle y saludarle y otras no. La lluvia no paraba pero hubo buenas sensaciones corriendo.
Ya estamos llegando al final, para algunas la carrera  les costó más de lo que pensaban y para otras se les hizo corta, pero a las que les costó tuvieron el apoyo de su equipo. La sensación de llegar a la meta de la mano con tu equipo no se puede explicar con palabras porque las emociones se sienten y se viven ahí, y muchos y muchas de vosotras sabéis el significado de estas sensaciones.
Empapadas hasta las pestañas, así llegamos,  pero la terminamos,  nos fuimos organizando para irnos al autobús, empezamos a sentir frío y salimos disparadas andando, - con lo bien que hubiésemos estado tiradas en el césped oyendo el concierto -como dijo Esther. La caminata hacia el autobús nos pareció otra carrera pero algo distinta, la ropa ya se iba pegando al cuerpo, Virginia en lugar de zapatillas llevaba barcas llenas de agua, María hizo un sprint y se puso a la cabeza del pelotón “camisetas mojadas, zapatillas encharcadas” y por fin llegamos, el conductor nos miro pensando: ¡que locas! y una vez dentro, paso lo que tenía que pasar, cambiarnos de ropa de arriba abajo sin importarnos nada, el conductor nos dijo –Yo no me bajo que está lloviendo-nosotras nos reímos y dijimos:-pues que lo disfrute!!! Alguien encontró un tanga por el suelo, pensando que era una cinta, calcetines por medio, todo un entramado de diferentes tejidos unos mojados y otros secos que se fueron ordenando  por arte de magia y lo mojado se quedo en las mochilas y ya secas estábamos animadas de nuevo, tanto que nos dio tiempo a tomar un café en un bar de enfrente donde Lorea y Rebeca, que llegaron después, tuvieron que desayunar como pavos, tragándose la tostada y bebiendo el café caliente porque el autobús se iba. 

Vamos de vuelta, contentas y satisfechas, charlando y riendo como no podía ser de otra manera. Entramos en Rivas y ya planeando el desayuno con churros y porras, un desayuno qué dio mucho que hablar durante el día por un robado de foto de una de las chicas, no entraré en detalles, que el detalle está en la propia foto, solo decir que algunas disfrutaron más este desayuno postcarrera que otras. De momento la foto no se ha hecho viral, pero todo es posible.
Fue una experiencia estupenda, la lluvia estuvo, pero nosotras también y todo tiene su encanto, con sol, con lluvia, con viento, lo importante es sentirlo y vivirlo y si es con RUNNING RIVAS mucho mejor.
Gracias chicas  por compartir esta carrera y gracias Javi, Estrella  y Jaime por vuestro esfuerzo organizándola y por ese día de carrera que, pese a la lluvia, estaba lleno de soles. Gracias a mi equipo del que me siento muy orgullosa por haber compartido esta carrera con ellas y espero que sean muchas más. ( escrito por Laura Fatjó)



Estas palabras que quiero dedicar en esta carrera, son de agradecimiento.
GRACIAS a Jaime, nuestro entrenador, por la paciencia que tiene cuando nos entrena y por levantarse un domingo a las 6:00 AM para acompañarnos a una carrerita mes tras mes y año tras año.
GRACIAS a Javi, nuestro presi, que siempre está pendiente de todo y de todos.
Y sobre todo, muchas GRACIAS Gemita, que me ha acompañado en esta carrera en la que no paró de llover, para que no bajara el ritmo y para que esos problemas de salud que vengo arrastrando, no me hicieran abandonar. Siempre acompaño, con mucho gusto, a las tortuguitas Running Rivas que lo necesitan pero en esta ocasión, lo han hecho conmigo.
GRACIAS. (escrito por Laura Pérez)

María
35:31
Marisa
36:53
Estrella
35:31
Pepa
30:07
Ana I
27:50
Laura P
39:04
Trini
29:48
Rebeca
42:09
Gema M
58:04
Lorea
32:35
Virginia
29:49
Paqui
32:18
Gema H
39:04
Libertad
38:12
Maite
36:38
Clara
40:29
Ana G
36:36
Ana P
35:53
Ines
36:07
Laura F
35:53
Esther
40:12
Begoña
42:12
Ana M
45:00
Diana
38:33
Lola
45:00
Iratxe
37:55
Cristina
43:32
Isabel P
44:59
A Lucia
37:05
Consoli
38:34
Julia
43:33










EQUIPO
POSICION DE 145 EQUIPOS
RUNNING  RIVAS 2
4
RUNNING  RIVAS 4
6
RUNNING  RIVAS 7
13
RUNNING  RIVAS 1
14
RUNNING  RIVAS 6
17
RUNNING  RIVAS 8
22
RUNNING  RIVAS 11
23
RUNNING  RIVAS 10
30
RUNNING  RIVAS 9
34
RUNNING  RIVAS 3
45

Enlace de todas las fotos https://goo.gl/photos/oe5Lw7fKH52fy9f27



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