martes, 21 de marzo de 2017

Medio Maratón de Lisboa

                            





 EL DÍA MAS LARGO

Son las cinco de las mañana, suena el despertador… ¡Arriba!, tenemos que coger el, avión que nos llevará a Lisboa.  Mañana nos espera un medio maratón.  Hoy lo vamos a dedicar a hacer un poco de turismo,  tranquilos,  con la  mente puesta en la carrera. Pero una cosa es lo que esperamos y otra la cruda realidad.

Las cremas de Pepa
Sobre las 7:30 de la mañana estábamos pasando la seguridad del aeropuerto, cuando un guarda  detectó que Pepa llevaba unos botes de crema en los embases incorrectos. Para que queremos mas, primero llegó uno, luego una y otro. Las cremas fueron pasando desde la categoría supermercado hasta la categoría “ me las ha recetado un médico”, por toda la gama posible de posibilidades;  y la aplicación de las misma desde una buena hidratación, hasta un tratamiento para la urticaria. Mientras tanto Jose pasaba el control antidroga en el mostrador del al lado. Después de un tuyo/mío y un coge/deja, las cremas fueron a la basura y Jose  dio negativo.

El Brexist
Bajamos  del avión y lo primero que nos encontramos es con una fila, como tenía buena pinta, allí que nos pusimos. Control de Pasaportes. Que raro comentamos si somos comunitarios y estamos dentro del espacio schengen que pintaba aquello. Será a lo mejor porque Portugal ha decidido un brexist  parcial. Pues nada a pasar la aduana. Después de 20 minutos esperando estoicamente y despotricando con los que se colaban por la izquierda  porque eran “preferentes”  me  explico.. 1 niño y diez acompañantes, para mí que los niños los alquilaban en la sala de al lado para saltarse la cola. El caso que por fin llegamos a la ventanilla. Lo primero que nos dijeron que ellos pertenecían a Europa, que ese paso era para los que realizaban transferencias con vuelos trasatlánticos y que nos fueramos  de allí a buscar la salida por otro sitio; todo esto en un perfecto portugués.

Dónde están los dorsales?
No pasa nada, todavía es muy temprano, son la 9h, vamos con tiempo y nos dirigimos en metro al hotel.  Vemos otra cola y allí nos ponemos , había que sacar los tickes para el metro. Otros 25 minutos entre esperar el turno y pelearnos con  con unas maquinitas cuyo requisito para su utilización era un master en Entornos  Complejos e Inteligencia Artificial.   Ya dentro del vagón conservamos  la moral intacta  y cantamos el Cumpleaños Feliz a Virginia .  Les tuvo que gustar la canción, por que se unieron al coro varias portuguesas que viajaban con nosotros, luego unos ingleses nos  pidieron unos bises y repetimos mientras nos grababan con un móvil. “ el vídeo está en You Tube”.
En el hotel nos indican que para ir a la zona de Belén , a la feria del corredor,  tenemos que andar para coger el autobús 727.  Así de fácil… 25 minutos andando y media hora esperando  en la parada a que llegara el bus, en su correspondiente fila. Yo empezaba a sospechar que  aparte del cambio de horario “una hora menos en Portugal”  había que añadir…. “mas dos horas de cola”.  Seguimos con la moral por las nubes, nos venimos arriba y cantamos el segundo Cumpleaños Feliz  en el autobús.
Una hora mas tarde, después de 25 paradas y 15 semáforos en rojo llegamos a Belén. Son las 12:30 en un par de horas tenemos una reserva en un restaurante de Sintra, en tren se tarda una hora en llegar a esta población, tiempo de sobra. Tiempo de sobra si la feria hubiera estado en Belén, porque por allí no se veía nada. Nos enteramos que este año la feria se la han llevado a la otra punta de la ciudad. Qué hacemos?, dos taxis y volando a la feria del corredor. Lo de volando es literal… yo no sé que problema tenía el taxista que no respetaba  ni una sola señal de límite de velocidad,  debe de ser que los tienen dicho que tienen que recuperar los tiempos que se pierden los turistas en las colas. Una caravana de dos coches .- “Un atasco”, decía .. ( de dos coches) volantazo a la derecha para la vía de servicio.. y todo esto sin cinturón de seguridad.  Acabamos besando el suelo cuando nos bajamos del taxi.
Feria del corredor a cámara rápida, camisetas, dorsales, ya estamos saliendo -Ah¡¡¡ nos falta la fotito de grupo en el fhotocall de la feria.  No hay tiempo de dar la vuelta y  volver a entrar, nos saltamos unas vallas y nos colamos por unos agujeros del vallado.  Pero allí tranquilamente unas portuguesas se  recrean posando delante del cartel. Yo no sé si era una foto, si se hacían video o un dibujo a carboncillo, el caso que no se iban. Entramos por el lado derecho y empezamos a  desplazarnos al centro, seguimos empujando y nos hacemos  con el centro de la imagen. Creo  que las portuguesas salen en todas nuestras foto, pero no nos  importa.
Coge otros dos taxis, después de saltarnos los turnos de espera en  la parada de taxis y vete para Sintra,  no hay tiempo para trenes. Lorea  y su familia que han ido en coche se acaban de  sumar al grupo.

El restaurante crudívoro
Llegamos con la campana,  tenemos una reserva para trece personas  y abrimos la puerta del restaurante. Algo no está bien ,está vacío y los de las dos mesas ocupadas tienen cara de agrios. –No tenemos gas, nos dice metre.- Como que no tienen gas?- Pues que se ha acabado, pero si quieren les podemos servir una ensalada.  No nos lo podíamos creer…  Vete a buscar en Sintra un sábado abarrotado de turistas a las tres de la tarde un restaurante para 13 personas. Pues los milagros existen y encontramos uno. Para celebrarlo volvimos a cantar el cumpleaños feliz a Virginia.

Vamos, vamos que no llegamos
Recién comidos nos encaminamos a visitar la Quinta del Regaleiro. Cinco minutos  montaña arriba nos dice uno que manejaba un Tuc,Tuc. Son las 16:35h y cierran a las 17h, tiempo de sobra. Llevamos mas de un kilómetro de cuesta y nos encontramos un cartel indicador “15 minutos a la entrada” el paseo de sobremesa se empieza a convertir en marcha rápida en una cuesta arriba interminable para acabar corriendo en una pendiente de un 18% cuando faltaban 3 minutos para cerrar. Los primeros logran llegar a la puerta que estaba cerrando el guarda, su misión convencerle de que no la cerrara hasta que no llegara el  último del grupo. Al final lo conseguimos. Otra vez salvados por la campana. El sitio por cierto precioso.

Intentando volver a Lisboa
Bueno la jornada ya está concluida. Nos disponemos a regresar a Lisboa en tren. Pero  antes Victor y Lorea que habían ido en su coche,  siguiendo indicaciones de un morenete, para sacar el coche del parking, Dale, Dale, Dale … y le dio, rasponazo en la columna del parking. Creo que el de las indicaciones tiene un taller de chapa y pintura en Sintra.
Los demás llegamos  a la estación  a la que se accede por unos tornos con dos cristales de 1,80cm de alto, que se juntan al centro, haciendo como un pequeño movimiento de caída que le imprime velocidad al cerrar y que tan solo se abre con la tarjeta de transportes correspondeinte. Sí, si, la que se obtiene en la máquina maldita. 
Quedan 20 minutos para que salga el tren que se encuentra estacionado al otro lado del torno. Otra vez a intentar descifrar el funcionamiento de la complicada máquina de los tickes.  Después de 18 minutos solo hemos conseguido dos tarjetas de 1 viaje y una tarjeta  con 6 viajes para una sola persona, que solo se puede activar  pasado  un minuto desde  la última utilización, se supone que son para varios días, para la misma persona. ( pero eso nosotros,  no lo sabíamos).
 Primer intento de salto al torno, en un primer momento no funciona ninguna, Jose  logra abrir una puerta  y Pepa salta como un resorte  y logra pasar in extremis, antes de que se cerrara. Paquí logra abrir otro torno  y se escuchan gritos de –Pasa! Rápido!.  María intenta alcanzar a Paqui y en ese momento se cierran las hojas de cristal aplastando la cabeza de María, hace como una especie de doble cierre y antes de que hubiera un  tercero logramos recuperar su cabeza. Momentos de tensión María está un poco aturdida  pero se encentra bien.
 Un minuto para que salga el tren; tres dentro, cinco  fuera, el interfono no funciona.  Pasan las tarjetas por encima y se abre otra vez las certeras cuchillas,  tercer  intento de salto al torno , agarramos las hojas y logramos pasar . Corriendo al tren que nada mas subir cierra las puertas, tras de nosotros.
Sentados en el vagón, hacemos evaluación de los daños.., María sigue un poco aturdida. Ya en frio empezamos a reírnos y  no paramos hasta llegar a Lisboa. Creo que aquí también cantamos el cumpleaños feliz.
Lo difícil lo habíamos pasado,  pero  todavía nos quedaba usar  los tornos de la salida, pasa tú, paso yo, que si por arriba que si por debajo. Al final un paisano nos vio tan apurados que decidió echarnos una mano. Los que quedábamos  en la zona peligrosa nos pusimos detrás de él muy  pegados haciendo la conga, según su indicaciones.  Eso sí, él se lo tomó  con una tranquilidad pasmosa  sacando pecho con chulería y haciendo el paseíllo, y nosotros pegados a su culo como lapas.

El ruido de la habitación
Por fin hemos llegado al hotel, vaya día que llevamos. Recogemos las maletas de la consigna, cenamos y nos vamos a  dormir, bueno algunos…. son las 23:30 h.  Pepa  y Ana Isabel  escuchan, un zumbido en la habitación que no son capaces de identificar y según va llegando la quietud de la noche, el ruido empieza a ser mas molesto. .- Buenas noches recepción?? Que suba alguien para que quiten este ruido, que no podemos dormir.  Suben un par de empleados para solucionarlo, pero no hay manera,  después de revisar todas las posibles soluciones Pepa empieza a estar muy cabreada. Cambiar de habitación imposible, el hotel está al completo.       – Bueno pues ustedes  me dan una solución, dice Pepa en un tono firme y “sin levantar la voz” –Lo sentimos mucho pero no tememos la solución, mañana a primera hora  le cambiamos la habitación. – Llevo despierta desde las 5h he tenido un día de locura y no me espero hasta mañana, dice Pepa  en un tono firme y “sin levantar la voz”.  Demen una solución o por lo memos unos tapones para mitigar el ruido. Y  a les ves  al recepcionista y al botones, a la 1.30 de mañana buscando una farmacia de guardia por todo Lisboa para comprar unos tapones.

Por fín era otro día
Ahora sí ya se termina la odisea del sábado, al día siguiente levántate a las 7 de la mañana para ir a correr. El mal fario parecía que había pasado pero todavía quedaban ramalazos, como cuando en  plena carrera Victor pisó un alcantarilla y se coló dentro hasta la rodilla. O cuando fuimos a las temibles máquinas expendedoras de tickes a recargar las tarjetas para el lunes y a Pepa se le quedaron 20 euros atascados. Esta vez si vino un operario  a solucionar el problema. Yo creo que los del metro ya nos conocían y los que miraban las cámaras de seguridad,  se  lo pasaban en grande con nosotros.
Sobre la Carrera, pues que estuvo fenomenal, bastante calor para las fechas que estamos pero la organización provisionó con holgura los avituallamientos. Todos llegamos a meta y recibimos nuestra medalla y el polo de chocolate tan esperado. Ese día no tuvimos problemas con los tornos del transporte público, con el dorsal tenías acceso a todos los transportes de la ciudad.  Y ahora a preparar la siguiente, Cordoba, Sevilla, Behobia, Berlín….


Estrella
2:13:14
Oscar
1:48:39
Paqui
2:04:47
Jose
2:28:59
María
2:13:14
Lorea
2:08:28
Victor
2:02:02
Javi
1:52:23
Ana I
1:51:52
Pepa
1:56:40
Virginia
1:58:17





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