miércoles, 14 de noviembre de 2018

Behobia-San Sebastián. Reto conseguido





A veces las cosas suceden sin mas, por casualidad. Otras veces pasan porque nos empeñamos, porque insistimos, por que lo queremos. Así fué como hace unos meses cuarenta compañeros del Club, decidieron  conseguir un desafío. Correr la Behobia- San Sebastián. Cada uno con su motivo, cada uno con su porque, cada uno un mundo, cada uno una historia de superación. Pero todos con una intención  cruzar la meta de la Carrera mas emocionante de España.  Estas son algunas de sus experiencias...



Javi Che


Ana, me tenía la cabeza loca contándome las excelencias del grupo de correr RR, así que con la excusa de la media maratón de Berlín os conocí un poco y vi que lo que me contaba Ana era poco con lo vivido allí.


En el mismo Berlín surgió el objetivo de Behobia, carrera que me había inscrito en el año 2009, que por circunstancias no pude correrla ese año, así que se juntaron varios motivos para apuntarme a la tan famosa BEHOBIA-SAN SEBASTIAN

En septiembre aparqué la bicicleta y empecé los entrenos con RR, con el objetivo de la Behobia en la cabeza, contagiado por la ilusión que desprende el grupo y la carrera en sí.
Fueron pasando los entrenos, subiendo los nervios, tiradas cortas, largas, fartlek, series, risas, alguna cerveza, Hoces del Duratón, hamburguesa, ritmo controlado…. Todo esto regado con dosis de buen rollo y compañerismo que te hacen más livianos los esfuerzos y sin darte cuenta te vas integrándo en el grupo (la verdad que lo hacéis muy fácil)
El día 9 estábamos parados en el km 189 comiendo un bocadillo de tortilla camino de Sanse, con la maleta llena de nervios, zapatillas, camisetas y ganas de pasarlo bien…… al final ha sido como las bodas buenas, muchos preparativos con ilusión y se pasa volando.  
Los tres días vividos allí han sido una pasada, inolvidables, risas, fotos, selfies, comer como si no hubiera mañana (cosa que pague en carrera), pero sobre todo y con lo me quedo es COMPAÑERISMO, SACRIFICIO, ILUSION, COMPLICIDAD y muchas mas cosas que me habéis aportado estos días, también he de decir que hemos echado mucho de menos a los que no habéis podido venir.

Desde el minuto uno, la carrera en si es impresionante, cuando vives momentos así todo esto cobra más sentido, mucha gente que pregunta porque corres, allí esta una parte de la respuesta.
Os quiero agradecer a RR el trato que me habéis dado desde el minuto, me siento en familia, solo nombrar a Pepa por la entrada tan espectacular que tuvimos en meta gracias a ella y a Ana por que sin ella no habría vivido todos estos momentos RR, os nombraría a todos, pero es imposible y no quiero que me echéis del grupo.
Un beso enorme a todos, Y NO OLVIDEIS QUE LO MEJOR ESTA POR LLEGAR.


Shweta 


q

De 0 a 20km en menos de un año – de Shweta.
Este viaje empezó muchos años atrás, no se trata de contar días ni meses ni de años, se trata de contar una historia, una historia explicando el por qué del 0 a 20km significa tanto. Como todos los comienzos empiezan por fases, iniciar en running no fue tan distinto. En este artículo (historia) os cuento cómo evolucione de estar tirada en el sofá por las tardes a atreverme a ponerme las zapatillas para hacer unos cuantos kilómetros con vosotros (Running Rivas).

1.       Negación: Esta es la primera fase y por la que probablemente hemos pasado la mayoría de nosotros en cualquier momento de cambio en nuestras vidas. Cuando era mucho mas joven no era de las que tenia que estudiar en verano, para mi no había Septiembre; menos educación física, eso era otro tema. Si, así como lo estáis leyendo. Suspendí educación física, además en una prueba de correr. ¿Por qué? Etiquetas, es decir, yo era de las que servían solo para estudiar, de las que se escondían detrás de los libros, de las que no sirven para hacer deporte, de las que no sale a correr ni a jugar a fútbol en el recreo, de las que no aprueba educación física por no poder acabar una prueba de unas series en una pista. Negación, lo tenía metido en mi cabeza, no vales para el deporte, no vales para correr, no vales para mas allá de lo que es estudiar. Esta fase no acabó en el instituto, me siguió y me persiguió incluso en la universidad pero ahora con otra etiqueta. Fiestera. Es de las que estan de fiesta hasta las tantas, además, esta super delgada, no necesita hacer deporte. “Hay gente que simplemente no vale para hacer deporte.” “No lo necesitas, de verdad! Pero si estas estupenda!” “Eres muy joven, ya tendrás tiempo de hacerlo.” Te lo repiten tantas veces a lo largo de tu vida que lo tienes metido en la cabeza: “No, no valgo para esto. No merece la pena intentarlo.”


2.       Ira: A punto de acabar los estudios universitarios, para lo que yo valía, me hizo cuestionar lo que me esperaría mas allá. Veía a gente correr por las calles, a los runners, el deporte que supuestamente llevamos todos en las venas, los seres humanos estamos preparados para ello. Cuando levanté mi cabeza para ver lo que había detrás de los libros, los vi, vi a estos runners, oí decir a la gente que correr es gratificante, correr una hora, correr dos horas, te agita y te activa las hormonas de la felicidad, estaba científicamente demostrado. Entonces, tome una decisión, la mas importante de mi vida, comprar unas zapatillas de correr y salir a la calle. Me imagine a mi misma corriendo, disfrutando como el viento rozaba mi cara, las hormonas de la felicidad haciéndome sentir libre, feliz, ligera, casi volando sin tocar el suelo. No aguante ni dos minutos. Fracaso. No sentí el aire rozando mi cara, sentí que me faltaba el aire en mis pulmones negros de fumadora, no sentí las hormonas de la felicidad, sentí que me moría, que el corazón me fallaba, sentí como la sangre bombeaba mas fuerte que nunca cada segundo que pasaba, me sentí atrapada, confundida al no recibir el resultado esperado. Me preguntaba pero ¿Por qué? Claro, no valgo para esto; pero ¿Por qué yo? Mira ese, lo hace con mucha facilidad y yo no aguanto ni dos minutos. Me daba rabia pensar que todo lo que me llevaban diciendo hasta ahora era verdad. Yo no valía para esto y me preguntaba a mi misma, pero ¿por qué? Me daba rabia ser solo de un tipo de persona, la que no vale para el deporte.


3.       Negociación: Os mentí al contaros que mi decisión mas importante fue la de salir a correr porque no es verdad. Otra decisión mas importante en este viaje fue dejar de fumar, dejar de fumar ese paquete de veinticuatro cigarrillos al día, ser libre de esa dependencia, intentar respirar aire puro y recuperar mis pulmones. Nadie me lo dijo, no hizo falta, en el momento que me faltaba aire al intentar correr dos minutos, lo supe, era necesario dar ese paso, era dejar ese veneno o nunca sentir como esas hormonas de felicidad se activaban en mi cuerpo al tomar las calles de Madrid (o en cualquier parte del mundo). Conseguí salir a correr, sola, pero nada importante, casi andando porque me faltaba lo que realmente necesitaba, compañeros. Pasaron unos cuantos años y de casualidad una compañera de trabajo me convenció para apuntarnos a la San Silvestre Vallecana. Si es cierto que ella me convenció, me convenció la idea de compartir un objetivo con alguien, me convenció porque ella estaba convencida de que íbamos a lograrlo. Así que señores, tomé otro gran paso, me apunté a la San Silvestre Vallecana y estrené mis primeros 10 kilómetros, en Diciembre de 2017. 


4.       Aceptación e Ira: Cuando salía a correr, yo sabía que no iba a aguantar salir sola por mucho tiempo y busqué donde siempre buscamos, Google y os encontré. Encontré a Running Rivas y desde Enero de 2018 he corrido muchas carreras siendo de RR, he entrenado duro, he conocido mucha gente estupenda y sobretodo he corrido acompañada, cada metro y cada segundo acompañada, por eso me gusta formar parte de este club porque no te puedes permitir el lujo de estar tirada en el sofá, porque no dejarán que te vengas abajo, porque nunca darás un paso sola, porque no hay etiquetas. Sin embargo, como ser humano que soy, no estaba contenta conmigo misma, no veía que mejoraba y a veces volvía en la fase 2. “No puedo” me decía. Cada vez que me faltaba el aire al dar una zancada, cada vez que me dolía alguna parte de mi cuerpo, cada vez que volvía al fisio, cada vez que empeoraba, “No puedo, no valgo para esto” me decía. Y entonces llegó María José, ahora mi amiga, mi compañera, la que me levanta del sofá, la que me da ese empujón, la que me sube el ánimo, la que me dice que ya solo es cuesta abajo, la que me dice que ya esta chupado, la que me dice que ya falta poquito, la que me dice que podemos juntas, la que me dice que al tran tran juntas, esa María José, me convence para apuntarnos a La Behobia.


5.       Satisfacción: Un mes y medio de duro entrenamiento, ya no había tiempo, había que darlo todo, todo lo que cada uno pudiera dar, ya no había marcha atrás. Si digo la verdad, yo no me veía correr La Behobia, pensaba que cancelaría la inscripción que nunca llegaría a correrla. Veinte kilómetros. Esos veinte kilómetros con sus subidas, para los pros, para los grandes, para las máquinas, para los que valen para el deporte. Los sueños no tienen límites pero mis sueños no llegaban a alcanzar hasta tal objetivo como esos veinte kilómetros. Yo no me veía corriendo ahí, no me veía y no me organice porque me veía cancelarlo hasta en el último momento. Imaginaos, a mi, la que no vale para esto, la de los pulmones negros, imaginaos, a mi, haciendo tiradas largas de dieciséis kilómetros. Yo no me lo podía imaginar. Imaginadme, a mi, subiendo por las cuestas de la Behobia, no solo subiendo, bailando al unísono con mi compañera subiendo esas cuestas, disfrutando, sintiendo ese aire rozando mi cara, sintiendo como se activaban esas hormonas, la adrenalina subiendo, con una sonrisa de oreja a oreja, saludando al corredor de al lado, animando a los que empezaban a andar, chocando las palmas con la gente de animación, imaginadme, pasando, corriendo, ¡escuchando a la gente “Tu puedes!” “Venga, ya falta poco” “¡Aupa!” “Oso ondo”. Cierro los ojos y solo veo la multitud de gente animándonos, me veo a mi misma pasar los arcos, los corredores hablando entre nosotros, diciéndonos que ya queda poquito, pasando y escaneando las caras de la multitud, buscando alguna conocida. Imaginad, cerrad los ojos, después de haber pasado por todo lo anterior, pasándome por el arco final, el de la meta, con mis brazos en alto, rompiendo las etiquetas, feliz, con una sonrisa, sintiéndome libre, venciendo mis miedos, ansiando a por mas victorias, sintiéndome ganadora; pero me faltaba algo aún y la encontré al girarme, grité su nombre y la abrace lo mas fuerte que pude.
“María José, ¡la hemos acabado!” Le dije entre lágrimas de alegría.


Estoy mas que convencida de que esta historia no ha acabado, todo lo contrario, acaba de empezar. Acabo de empezar a soñar, acabo de empezar a entender que todo es posible, acabo de empezar a entender que no se trata de los kilómetros corridos si no de los que te acompañan en esos kilómetros, acabo de entender que hay que vencer los miedos, romper con las etiquetas y simplemente dejarte llevar hasta conseguir tus sueños. Espero recorrer las calles con Running Rivas por muchos años, con Carmen, con Sofía, con Gemma, con Sonia, con Estrella, con María José GG, con Begoña, con Leticia, con Ana y por supuesto con mi querida amiga MJ.  

Especial mención a Jaime, a nuestro querido entrenador por hacer su gran labor de permitirnos cumplir esos objetivos que nos parecen tan imposibles. 



Inés



“No se muy bien en qué momento decidí embarcarme en esta locura, pero creo que todo empezó en una de las muchas listas que nos gusta hacer en el chat del club, así que cuando me di cuenta ya estaba esperando que abrieran las inscripciones para apuntarme a la Behobia. Así, sin pensarlo...

Consciente de que no era una carrera fácil y que nunca había superado los 14km corriendo, empecé a entrenar en verano. Madrugones que nunca pensé que haría para irme a correr... a las 5:45 arriba para entrenar!!! Pero contaba con la mejor compañía del mundo, las chicas de RR y esos madrugones se convirtieron en sonrisas tempraneras... Después las vacaciones, en la playa sin saltarme un entreno... así hasta empezar la temporada con los compis.


Todo iba bien, mejoraba tiempos y me sentía cómoda. Hasta que llegó la lesión en el sóleo... no puede ser... me queda menos de mes y medio para la carrera... parón y vuelta a empezar... ahí me toco hacer alguna tirada sóla, para ver cómo iba mi lesión, pero también me sirvió para darme cuenta de que podía con ello, incluso sóla.
La lesión mejoró, retomé la normalidad y empezaron las tiradas largas en la mejor compañía!!! Las risas y las buenas sensaciones  eran la mejor recompensa de esos entrenos.

Así y poco a poco, entre duros entrenamientos, bajones, miedos y dudas, llegó el gran día!!!
La previa no podía ser de otra manera, un día de pintxos por San Sebastián, disfrutando del ambiente y la gastronomía... Al día siguiente entreno con Maratón Man y tarde de concentración en el bungalow. 


Amaneció el domingo y de repente ahí estábamos, pisando el asfalto de Behobia... 
Los primero kms siempre son duros para mí, hasta que las piernas entran en calor... y aquí aún más, porque no paraban las cuestas!!!! Pero el calor de la gente, los “Aúpa Inés” te llevaban sin darte cuenta... Perdí a mi compi Sílvia y me asusté, porque no sabía si iba a poder con esto sóla, pero me hice fuerte, no me quedaba otra!!!
Así llegó la primera cuesta complicada, de nombre casi impronunciable... Gaintxurizketa.  La primera subida larga, se antojaba dura, pero se dejó y la bajada aún se dejó más, un paraje muy bonito, carretera rodeada de bosque y como colofón final el famoso “pirata” nos marcaba a ritmo de rock el disfrute de esa ansiada bajada.

Las subidas y bajadas continuaban, pero el ánimo de la gente durante toda la carrera hace que casi no te des cuenta de que los kms van pasando... tuve que preguntar cuando llegaba Capuchinos porque iba disfrutando tanto que se me había olvidado el perfil, sabía que me quedaban dos subidas fuertes, una más corta: Capuchinos y la última pared, la subida más dura: Miracruz. 


Y Miracruz llegó, casi sin darme cuenta, porque cuando pregunté me dijeron “empieza ya!!!” y pensé “ostras, pues ni gel ni nada... piernas os toca darlo todo!!!” Me vine arriba, las cuestas me gustan mucho, son sufridas si, pero son un reto para mí y esta no iba a ser menos, llegaría arriba corriendo sí o sí... 

Las piernas ya sentían los 17km que llevaban encima, pero mi corazón no y eso fue lo que tiró de mi, la cuestecita se las traía, pero los gritos de la gente, ver Arzak y emocionarme al acordarme de Charlie, mi familia y mis amigos, que les hubiera encantado estar ahí para animarme, hizo que subiera con la sonrisa más grande del mundo y cuando llegué arriba sentí que podía con todo!!!! Me emocioné y lloré, pero de felicidad, lo había conseguido!!!! 

Comienza la última bajada y mi rodilla empezó a bloquearse... maldita fascia lata!!!!!! Pedí que vaciaran un bote de réflex en mi pierna, porque tenía que terminar como fuera, sólo me quedaban 1’5km para llegar a meta!!!!!

Los últimos 1’5 km fueron los más duros para mí, pendiente de que la rodilla me dejara terminar, pero flipando con el ambiente, IMPRESIONANTE!!!! Así que no sé cómo lo hice, pero apreté y llegué a meta, jodida de dolor, pero con una sonrisa de oreja a oreja y llena de felicidad!!!! Había conseguido terminar la Behobia, yo, la que tenía más miedo que vergüenza, lo había conseguido!!!!
Y lo mejor fue encontrarme con todos mis compañeros, lágrimas de emoción, caras de felicidad plena, compartiendo sensaciones, anécdotas, reto conseguido!!! 
Creo que ha sido la carrera más emocionante que he hecho y sin duda volveré a repetirla!!!!


Mil gracias Jaime, por tu profesionalidad, tu paciencia y tu apoyo, has sacado lo mejor de mi!!!! Y a mis compis de entrenos, penas y alegrías, sin vosotras no hubiera dado ni un paso!!!! 
Esta carrera ha sido un chute de energía brutal para el alma, una carrera muy especial por muchos motivos y sobretodo porque ha hecho que crea más en mi!!!
Mil gracias RR porque un trocito de este triunfo también os lo debo a vosotr@s!!!!”


Maria José Mh 



“LA BEHOBIA AL TRAN TRAN”

     Abril 2018
Yo: ¿Sabes?, la gente de RR se va a inscribir a la Behobia
Rafa (marido): ¿Sí?, a mí me encantaría, dicen que es una carrera única, podíamos hacerla con ellos.
Yo: ¡¡Tú estás loco!!, llevo sólo dos meses en el club y apenas seis meses corriendo, unos años y kilos de más
Rafa: Mª José, tú puedes, siempre consigues lo que te propones, si haces los entrenamientos y yo entreno contigo durante el verano, quedan seis meses y puedes hacerlo.

Y todo comenzó así, con una conversación como la que os acabo de detallar, luego conseguí convencer a otra “loca”, Shweta, que ha sido fundamental en todos los meses de preparación físico y mental, una carrera de fondo que he compartido con RR, en ningún momento he estado sola, entrenamientos y refuerzo positivo, mentiría si os dijera que no ha habido altibajos, inseguridad y mucha indecisión durante esta aventura.
Recuerdo un par de madrugones que compartí con Marian a finales de junio, cuando el calor comenzaba apretar, ¡¡Dios!!, lo que no ha conseguido nada y nadie lo ha conseguido el running, despertarme a las 6:00 de la mañana… ¿a ver si esto es una secta?, llegue a pensar en alguna ocasión, ja,ja,ja…


Recién llegada de vacaciones, a principio de septiembre mi primera tirada de 10kms con Diana, estuvo todo el trayecto hablando y hablando para que yo no pensara en lo que quedaba se adaptó a mi ritmo, y sin darme cuenta, acabé la tirada, gracias Diana.
Un martes, que no habíamos podido ir el lunes al entrenamiento salí a con Ana y con Ines, ir a su ritmo suponía ir por encima del mío, pero a veces hay que forzar la máquina y salir de la zona de confort y me vino bien, tras finalizar Ana y yo tardamos más de 30min en llegar a donde teníamos aparcados los coches porque no dejábamos de hablar y hablar.
Durante nuestros entrenamientos de los fines de semana se nos unió Carmen, que no conseguimos convencerla para que se inscribiera a la Behobia, es una mujer sensata, pero ella entreno como si fuera a correrla, incluso la tirada larga de los 16kms, nos quedamos sin pueblo para seguir corriendo, que risas…
Gema, importantísima, es una crack y no sé si ella lo sabe, a destacar su humildad y su buen hacer, me ha repetido una y otra vez que podía, y el pasado miércoles al finalizar el último entrenamiento en el Bellavista me dijo de nuevo, tranquila, “tú puedes, eres muy fuerte física y mentalmente”, no me he quitado esas palabras durante todo el fin de semana de la cabeza, gracias campeona.
Nati, una liebre, en la comida después de la carrera me confeso que cuando iba subiendo las cuestas pensaba como se nos estaría dando a Shweta y a mí, nos llegaron tus pensamientos ;), y sudamos la gota gorda, pero subimos. Gracias Nati por preocuparte, seguro que tu energía nos llegó en forma de hidrogel.

Rafa, él ha sido mi motor, ha salido a entrenar conmigo y con mis compañeras, ha hecho tiradas largas cuando él ya había hecho las suya, me ha inscrito en carreras, ha salido conmigo a las mil para que no fuera sola, me ha repetido una y otra vez que podía, cuantas veces le he tenido que escuchar, ¡venga!, “al tran tran”, y este fin de semana él ha disfrutado el viaje junto al resto como uno más y allí estaba en la meta gritando de nuevo que yo podía, creyendo en mí. Gracias compañero.
Jaime y Alberto con sus entrenamientos y sus buenos consejos, sin vosotros todavía estaría subiendo cuestas en Behobia, gracias.
Javier y Estrella, agradeceros por hacer posible que logremos nuestras metas a través de RR y encargaros siempre de organizar y conseguir que nosotros sólo tengamos que correr.
Shweta que voy a decir, no he ganado la Behobia pero he ganado a una amiga, y eso es lo mejor de esta experiencia el haberla compartido con ella.
Ahora al escribir soy más consciente que mi carrera no fue la que hice el pasado domingo, tal y como he dicho al principio ha sido una carrera de muchos meses y lo más importante no la he hecho sola, ahí habéis estado todos cada uno poniendo vuestro granito para que yo finalmente pudiera disfrutar y entrar en la meta con una sonrisa.

El fin de semana compartiendo momentos con muchos de vosotros, conociéndonos un poco más, todos con sus nervios, sus incertidumbres, sus inseguridades, sus lesiones, risas, buena comida y buen ambiente el caldo de cultivo ideal para que todo fluyera.
Tranquilas, sólo es una carrera y si no se puede se deja, no pasa nada, nos repetíamos continuamente, pero si pasaba, queríamos acabarla, y queríamos acabarla juntas habiéndola disfrutado.
Y llego el día de la carrera, Shweta y yo no estábamos en el mismo cajón, pero teníamos claro que habíamos llegado hasta allí juntas, era muy probable que nos separáramos por el camino,  pero teníamos la necesidad de comenzar juntas, y así fue, ya en el cajón, rodeadas de gente, la música y las dos solas, ahí fue cuando afloraron los nervios, comencé a llorar sin saber muy bien por qué, risa y llanto de alegría, de nervios contenidos y entre risas y lágrimas bailando las dos comenzamos a correr, controlando el tiempo continuamente, sin dejarnos llevar por el ritmo de la multitud, íbamos hablando, compartiendo la emoción del momento, alucinadas por la cantidad de gente que había animando de todas las edades, desde niños a personas mayores, ¡¡¡AUPA!!, ¡¡OSO ONDO!!!, que no paraban de aplaudirnos, hasta el tren hizo sonar su bocina a su paso por la carrera, por el espectacular paisaje otoñal de fondo,  teníamos la sensación de estar de fiesta.
En el kilómetro tres compartimos un hidrogel, aún no lo necesitábamos, pero era para que nos ayudara en la subida del kilómetro cinco al siete, y llego y la hicimos, volvimos a bailar al son de “We are de Champions” de Queen, menudo subidón, en un momento nos distanciamos, pero sabíamos que estábamos cerca la una de la otra, pero es tan impresionante el ambiente que nunca te sientes sola.

Dividí la carrera mentalmente en cuatro  tramos y al llegar al kilómetro quince pensé, más o menos  queda lo mismo que un rodaje de los entrenamientos,  parque lineal para arriba, parque lineal para abajo, aunque no era lo mismo porque en el 16 venía una subida que se hizo muy, muy dura porque ya era mucho lo que llevábamos acumulado, os confieso que en ningún momento se me paso por la cabeza abandonar, miento, cuando me quedaban quinientos metros, para mí los dos últimos kilómetros fueron los peores mentalmente, fue una lucha, se me hicieron eternos, veía la meta pero no conseguía alcanzarla, ahí reconocí la voz de Rafa, mi marido gritar que ya no quedaba nada que estaba hecho, le sonreí, apreté el ritmo, levanté los brazos  y entre en meta y escuché de nuevo a alguien que decía ¡¡¡Mª José, Mª José lo conseguimos!!!...y allí estaba Shweta esperándome para abrazarme.
Los nervios seguían a flor de piel, y se evidencio cuando nos unimos al resto del grupo, ahí el subidón era generalizado, compartiendo abrazos, experiencia y sobre todo compartiendo la alegría de haberla vivido y disfrutado, La Behobia es una carrera para disfrutarla y en grupo mejor todavía.
 ¡¡Aúpa!!, por esos tiempazos que consiguieron muchos de nuestros compañeros y compañeras de Running Rivas, son unos y unas máquinas, Truji, Anais, Nati, Víctor, Salva, Roberto…(disculpad a los que no nombre) increíble, todavía me tenéis sin palabras, y el resto que han conseguido superar su marca personal, aquellos que aun estando lesionados o pachuchos  corrieron y terminaron, no os preocupéis, no habrá sido vuestro mejor tiempo, pero sabéis que la próxima va a ir mucho mejor, y hemos disfrutado todos juntos de un inolvidable fin de semana y de una carrera muy especial.

Es cierto que es una carrera muy dura, pero  teniendo presente que  lo importante es avanzar poco a poco, parece que es algo que todos sabemos, pero yo me he dado cuenta que no, que no es así, que la competitividad y el afán de superación el ser humano lo lleva innato, que siempre quiere más, y eso está bien como motor para seguir avanzando pero siendo consciente también de la capacidad personal de cada uno, en esta ocasión para mí el reto era acabar, controlar ritmo para no quemarme, era mi primera carrera de más de diez kilómetros y era la Behobia, casi una media y con un perfil complicado, palabras mayores, no podía ir por encima de mis posibilidades, tengo tiempo para seguir entrenando e ir mejorando, mi mente fue en positivo desde el minuto uno, todo el tiempo en pensamiento positivo, sonriendo y subiendo de ritmo cuando podía y bajando cuando veía que era necesario, olvidándome de lo bien que lo hacen los demás, las comparaciones son odiosas, y sufrí, claro que sufrí pero no abandoné ni llegue arrastrándome a la meta como pensé que me iba a pasar.
Jaime, tuve muy presente tus palabras, “cuando veas que no puedas, bajas de ritmo, no pasa nada” …algo sencillo pero fácil de olvidar, es verdad, no pasa nada, “al tran tran” todo se consigue.
Ahora permitidme un pequeño alarde de falta de humildad…¡¡¡SOY UNA CAMPEONA!!!...jajaja
Gracias Running Rivas, “para multiplicar la felicidad lo mejor es compartirla” y este es el secreto de nuestro del club.





Como han dicho los compañeros, esto solo ha hecho que empezar. 
Corazón R.R.



1 comentario:

  1. Increíbles vuestras crónicas! Los pelos como escarpias. Somos todos unos campeones, claro que sí!

    ResponderEliminar