martes, 23 de octubre de 2012

Media Maratón de Valencia (los que se fueron de Madrid) 21/10/2012




    

Victorias para los kenianos Joel Kimurer (59:36) y Alice Mogire (1.09:57)
Finalizaron 8.449 corredores, récord de llegados en la carrera…
Este es el inicio de la crónica oficial, pero la de verdad, la buena, la nuestra, es la que vivimos allí los Running Rivas.

Ya no recuerdo de quién fue la idea, allá por mayo alguien dijo aquello de “ A que no hay   *** a hacerse la media de Valencia….”, ¡bah!, esto no fue así pero queda mejor. Total que nos apuntamos: Javi, Estrella, Mar, Miguel, Santi, Felipe, Sergio, Tomás, Manolo, Pepe y yo, Sara.

Javi, Estrella, Santi, Mar y Miguel, ya tenían experiencia en Medias, así que sabían lo que se hacían.

Tomás, no solo en medias, sino en enteras, ha corrido hasta la Maratón de Madrid, con lo que para él era un “paseíllo”.

Y el resto, era nuestra primera vez. Pepe tuvo bastantes dudas, porque su objetivo era otro, pero al final, se dejo llevar por lo que le pedía el cuerpo. Seguro que aún así su objetivo no se resiente.

Los que llegaron el viernes fueron con calma a la feria del corredor recogieron las bolsas, y dejaron constancia de que los Running Rivas habíamos estado por allí…




Total, que el sábado 20 nos reunimos todos, incluso arrastramos a nuestras respectivas familias, ante una paella en La Marcelina, en la playa de las Arenas, después de unos 2000 mails para tratar de cerrar el menú a gusto de todos, he de decir que la pesada era yo. Digo todos y digo mal, porque finalmente Santi, Felipe y Manolo no pudieron unirse a la incursión en tierras Valencianas por lesiones.


La aplicación más descargada entre los RR ese sábado fue eltiempo.es, porque daban lluvias a cascoporro, y oye, necesitábamos saber si la cosa mejoraba o no. Parecía que la lluvia no iba a hacer acto de presencia, al menos a partir de las 10:00.

Sincronizamos los relojes en el hall del hotel la noche antes para aparecer a desayunar a las 7:30. Antes estuvimos analizando el recorrido, por si hubiera algún sitio donde un RR se despistase y llegase antes que los keniatas, pero desestimamos esa moción, porque seguro que al final le terminaban cogiendo los profesionales, que corren que se las pelan, y no compensaba, habíamos pagado por todos los kilómetros y los íbamos a correr todos, ¡faltaría más!.

Sergio se desveló y a las 6:30 ya estaba dando trabajo a los del restaurante, bueno él y otro más. Los nervios, inconscientemente, hacían mella en todos. ¡Si es que 21.097,5 metros, son muchos metros!.

Después de desayunar con cuidado, ¡qué malos son los buffets libres, sobre todo cuando no puedes arramblar con todo!, últimos retoques y a la carrera.

Lo mejor de correr fuera de casa, que te obligan a hospedarte en un hotel, y oye, es un lujo levantarte e ir andando a la salida, vamos ¡ni en Rivas podemos hacer esto!. Nota mental: analizar esa posibilidad para futuras carreras, aunque sean en Madrid, y si el hotel cercano es el Villamagna, mala suerte, habrá que sacrificarse…

Total, que nos dirigimos a la salida, a nuestro cajón correspondiente. Los RR de la élite se perdieron por los primeros cajones, el resto, al fondo hay sitio.

Así que Mar, Miguel, Javier y yo nos pusimos en el cajón de 1 hora 50 minutos. Que conste que yo me colé porque no me veía tan optimista, pero no podía correr sin mi marcaritmostengosensaciones Mar. Estrella fue más legal y se dirigió a su cajón.

Últimos momentos antes de la salida, y empezamos a correr.

Jenny y Amalia, sincronizaron los whatsapp, y señoras y señores: hemos hecho historia, ¡¡LOS RUNNING RIVAS HEMOS RETRANSMITIDO LAS DOS PRIMERAS CARRERAS CONJUNTAS EN LUGARES DIFERENTES POR GUASAP!!.
Total, que gracias a la tecnología, supimos en tiempo real que en Madrid tampoco llovía, nos enteremaos de cuando los 8 RR del CSIC iban a por los dorsales (8:02 hora local), de cómo un RR andaba perdido (Israel) y pedía señales de humo para encontrar al resto, el entrenador deseando suerte, Santi deseando suerte…. Yo creo que deberíamos dar un paso más, esto se nos ha quedado pequeño, y a partir de ahora, deberíamos entrenar el correr y ser capaces de ir guasapeando, para contar la carrera desde dentro… es una idea…

El tiempo increíble, soleado, sin excesivo calor y la humedad no se notaba apenas, así que me ratifico en mis pensamientos, casi es mejor no mirar el tiempo que va hacer y oye, que sea lo que tenga que ser.

Y ala, a correr. Corrimos por la avenida del Puerto, corrimos por la avenida de Blasco Ibáñez, por la Lluis Peixó, calle Reina, Domine, Menorca, Alameda… aquí al llegar casi al kilómetro 10, podíamos ver los que iban por el 19, y en efecto, vimos a los keniatas, yo les miré con cierta envidia, vale que iban rapidísimo, pero sólo les quedaban tres kilómetros y pico y a nosotros la otra mitad y un poco más. El resto de corredores, les dimos gritos de apoyo, yo para eso soy muy de ¡Olé!, que es corto y contundente.

Al final de esa avenida vimos a Pepe, ¡¡PEPE ALE DALE QUE NO TE QUEDA NADA!! (con nuestro Pepe no escatimamos en energías), le gritamos como descosidos desde el otro lado. A Tomás y Sergio no los vimos. Pepe en esos momentos, iba sufriendo un poco, porque le dio el tan temido flato y llevaba un ritmo muy fuerte, que se puede demostrar con el tiempazo que finalmente hizo, pero ya no le quedaba nada. Tomás a su ritmo, o sea, muy rápido, con muy buenas sensaciones, pese a no estar a tope de forma, sufrió moderadamente y Sergio…. Pues que os voy a decir de Sergio, que le costó no andar como una gacela para arriba y para abajo, como en las tiradas largas, pero disfrutó eso de correr en un solo sentido. Si es que es un alma libre.

Seguimos corriendo. El recorrido, precioso, avenidas enormes, con edificios muy bonitos, palmeras, la parte antigua que corrimos increíble, y para el final, lo más espectacular, la Ciudad de las Artes, impasible a nuestro paso.

Cada 5 km teníamos agua, así que en el 10, coincidiendo con la hidratación, nos chutamos un gel para recargar pilas. Dos veces pasamos debajo del agua que nos tiraban los bomberos, nunca hay que hacer de menos al cuerpo de bomberos, y aunque no hacía un calor sofocante, se agradecía.

Y seguíamos corriendo.

Javier había aumentado el ritmo, llevaba su carrera en al cabeza y se había propuesto seguir un ritmo constante. Miguel, Mar y yo preferimos ir de menos a más. Miguel hacía hasta de aguador, cogía el agua para los tres, llevaba la botella el resto del camino, ¡hasta se paró a tirar una botella vacía en un contenedor amarillo!.

¡Qué grande eres Miguel!


No recuerdo en qué pensaba, decidí no ponerme música para disfrutar de todo. Menos mal, porque si no, me hubiera perdido que en una curva de entre la gente salió un ¡¡SAAARAAA!!, y eran nuestras enviadas especiales Jenny y Amalia, que andaban por todo el recorrido como locas, pancarta Running Rivas en ristre, buscando la foto perfecta.


Miguel, nuestra liebre-estratega de lujo, dijo “a partir del kilómetro 15, si vemos que vamos bien apretamos un poco”, y a mí el gel me debió hacer efecto en el 17, porque fue ahí cuando pensé “esto ya esta casi terminado, no me puedo quedar con la sensación de no haber corrido todo lo que soy capaz, así que a apretar. A unas malas, si me tengo que parar, queda poco y soy capaz de llegar, aunque sea, reptando”. Y así lo hice.

Y sin decir nada, un poco a la francesa, pero que conste que era para ahorrar energías, y que ni siquiera lo pensé, apreté un poco más. No miraba hacía atrás porque sabía que Miguel y Mar me seguían.

He de hacer un paréntesis para dejar constancia de mi admiración a Mar. No he conocido persona más tenaz, entregada y constante, que ella. ¡Ole, ole y ole!. Pedazo de tiempo y lesionada, no se que pasará el día que se cure.

Seguíamos corriendo. En un repechito, se notaban las cuestas que nos hemos chupado en el Bellavista, y allí a algunos corredores les pasaba un poco de factura, a nosotros, como si nada. Fueron muy tendidas y muy pocas, el recorrido era llano.

Ya enfilamos hacía el puerto, hacía la meta, y yo seguía apretando lo que me daba. En este punto las piernas pesan, pero para lo que queda, hay que echarlo todo.

En la recta de llegada, escuché otro “Venga Saaraaa”, miro, saludo, y me doy cuenta que no conozco de nada a la chica que me lo acaba de gritar, y caigo en que en el dorsal llevábamos el nombre, muy buena idea.

En esta recta, cuando el arco se alzaba ante mí, me empezó a entrar una congoja que ni “Love story”, con el estómago en la garganta, crucé la meta, y rompí a llorar. La sensación de superar algo que te habías propuesto, un poco a lo loco, y que en algún momento te pareció imposible, es muy fuerte, y sobre todo, es muy, muy gratificante conseguir algo sin depender de nadie: solos tú, el crono y la distancia a vencer. Y lo logras.

Al poco cruzó la meta Estrella. Creo que aún no es muy consciente de la hazaña que ha hecho ese domingo en Valencia, sin apenas entrenar de continuo, ha sido capaz de terminarla y con buenas sensaciones.


Busqué a mis compis de fatigas, para darles un abrazo, y, ya sí, dejamos de correr.


Nombre
Tiempo (puesto cat)
Nombre
Tiempo (puesto cat)
Tomás Calvo
1:24:12  (146)
Jose Martínez
1:27:46  (39)
Estrella Gallardo
2:15:29 (104)
Javier Fernández
1:52:06(189)
Sergio Gamino
1:32:41  (84)
Miguel Losada
1:51:15 (448)
Sara García
1:51:09  (42)
Mar Martínez
1:51:15 (6)


Por equipos quedamos los 46. Una llamada al pundonor ripense, CHICOS NO PUEDE SER QUE EQUIPOS CON NOMBRES COMO LOS DIVINOS O CC LOS INSENSATOS nos hayan ganado por número de participantes inscritos. Al año que viene ¡¡TODOS PARA VALENCIA!!

2 comentarios:

  1. Enhorabona a tots los Running Rivas.....sou uns campions 8D

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  2. Emocionante crónica Sara. Gracias por hacerme vivir otra vez el viaje. Mil gracias a Jenny y Amalia por sus ánimos y su apoyo. Javi

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