domingo, 10 de mayo de 2015

R R en la Carrera de la Mujer de Madrid 2015


Hace dos meses un puñado de chicas valientes entraron en el club para preparar la Carrera de la Mujer. Algunas nunca habían corrido antes, otras esporádicamente se habían calzado unas zapatillas. Pero todas ellas tenían en común una cosa: la ilusión. Ese sentimiento que nos inunda y nos hace conseguir cosas imposibles, esa emoción que nos impulsa y que arrastra a todos los que están cerca nuestra.
El reto la Carrera de la Mujer de Madrid, 7,2 km. Han sido dos meses duros que han ido superando metro a metro. Los compañeros y compañeras del club hemos vivido su transformación en corredoras. No les ha faltado un “venga, vamos” o un “ánimo”. Ellas nos han devuelto una mirada ilusionada y una sonrisa de satisfacción.
Hoy es el gran día, arropadas por sus compañeras de club corrían la Carrera de la Mujer de Madrid.  (Javier)

Con las pilas bien cargadas gracias a la paella que nos preparó Pepe el día anterior, nos subimos al autobús que nos iba a llevar a la carrera más esperada entre las chicas RR. Esta carrera era el debut para algunas de nosotras y la frase que más se escuchaba en el autobús  era: “Qué nervios.”
El ritual de las carreras se repetía como en todas: camiseta, dorsal, hidratación, foto y lo más importante la visita al WC.
Antes de colocarnos en nuestros cajones de salida recibimos las últimas indicaciones de nuestro entrenador Jaime  que en el km 2 y 5 nos animaba junto a Javier que hacía de fotógrafo. En el km 6 Roberto y Javi con el ropero a la espalda no paraban de jalear.

Un grupo de chicas se sitúo lo más cerca al arco de salida, el resto nos colocamos donde pudimos; no quedaba sitio ni para un alfiler. Ya solo faltaban 5 minutos para la salida, tiempo suficiente para hacernos unos selfies.  Por fin, la cuenta atrás y pistoletazo. Lentamente nos acercábamos al arco de salida y comenzamos a andar. Durante el primer km era imposible correr, pero buscábamos los huecos para movernos como lagartijas entre las corredoras. Poco a poco se abrían claros y el ritmo de carrera iba subiendo de ritmo. Un gran aplauso nos avisaba del paso de cada punto kilométrico.  Al final de la cuesta de la Gran Vía nos ofreció una estampa de unos novios orientales vestidos para casarse.
La llegada a Sol es el ecuador de la carrera y la animación te lleva en volandas hasta el palacio de Oriente donde una batucada nos recibe con sus tambores y empezamos a encarar la última cuesta antes de llegar a meta.
Los ocho equipos que se habían formado de chicas del club para competir en la carrera llegan a meta.  ¡Prueba superada! Para algunas su primera carrera, para todas, la gran fiesta de las running. Cada una se lleva una experiencia única, difícil de describir, con el objetivo de estar el próximo año en la línea de salida.
Las chicas del RUNNING RIVAS hemos vuelto a triunfar, todo un lujo correr esta carrera junto a vosotras.






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